Aun falta mucho para que acabe, ¿verdad? Sé lo que acaba de pasar, lo que me acaba de pasar y sin embargo no tengo miedo. Cuando salí de allí y me la dí contra las vías del tren sabía que no volvería a verle nunca más, ni a él ni a mi hijo. Que se había acabado todo.
Sin embargo ahora entiendo la magnitud de todo aquello, y sé que nada es eterno.
Ni siquiera la muerte...
Así que antes de irme les contaré mi historia.
-¿Qué hace vos sola por estos parajes?
-¿Yo sola? No estoy sola, tengo a...
-A su doncella, caballero-añadió mi estúupida yegua, arrodillándose.